Lunes 22 de abril de 2013

Es cuando los toreros se encuentran en total confianza cuando llegan las cornadas más importantes. Son seguros de si mismos, seguro de su técnica y como además tienen este carácter que hace que quieren siempre ganar la pelea en la competencia que tienen entre ellos sino también consigo mismos para mantenerse en los primeros puestos del liderazgo, siempre los toreros pueden sufrir accidentes. 

El viernes pasado, en la Plaza de Toros de la Real Maestranza de Sevilla, hemos tenido un ejemplo con el Maestro El Juli. Tras haber cortado tres orejas con fuerza el Domingo de Resurrección y abrir por consiguiente la Puerta del Príncipe, el Maestro de Velilla (Madrid) llegaba para su segunda comparecencia en total confianza y con el deseo de confirmar su pasada actuación. Mientras el toro presentaba dificultades, El Juli, con las ganas que lo caracterizan, no quiso dejar un palmo de terreno y fue cuando llegó la cornada.

Cuando está herido un torero, no alegra a nadie, menos a los animalistas que son dignos de compasión y que hay que combatir por su ignorancia… Cuando surge la información de la cornada, sea en directo, sea unos minutos después, siempre nos molesta y nos disgusta aún más cuando se trata de un torero que gracias a su técnica hace pensar que es imposible que un toro llegue a cogerle y a herirle gravemente.

El Juli es de estos toreros. La noticia de su herida fue una toma de conciencia que todos los toreros están al alcance de la cornada y que todos los toros, sin excepciones, pueden infligir graves heridas. Juan Bautista y todo el equipo de la página web juan-bautista.com quieren mandar a El Juli, sus mejores deseos de rápido restablecimiento y todo su apoyo. « Las cornadas forman parte del presupuesto cuando uno quiere ser torero » dijo el Maestro Luis Francisco Esplá. El Juli, Juan Bautista y todos los que se ponen delante de los toros lo tienen asumido y es por eso por lo que se tiene que respetarles porque se juegan la vida en total conciencia.

Foto Anthony Pagano